Eres un adolescente gañán más. De un barrio conocido porque
una vez pillaron a un comando terrorista en él y dentro de unos años, por
cierto putón televisivo que va empezando a labrarse su futura fama. Lo más
cultural que tienes ahí es la biblioteca promocionada por un banco de cuyo
nombre no quiero acordarme o el bar casposo de la esquina donde se junta la
flor y nata de la workin´class después de una dura jornada de trabajo. ¿Qué te
queda, pues? La música y el alcohol, claro. De follar ni hablamos. Como mucho
matarte a pajas con las revistas que te pasan los colegas. Las chicas de tu
entorno aspiran a salir de allí (¡por favor!) y para ello sólo se dejan meter
mano de los típicos duros gilipollas, futuros politoxicómanos que empiezan a
tontear con drogas, que se van a comer el mundo y treinta años después, el
mundo se los ha zampao a ellos. Sólo que entonces no lo saben. Y tú ni te lo
imaginas. Aunque ahora ya sea tarde para decirle a ellas, te lo dije, so tonta.
Como consecuencia de
tooodo este panorama, te dejas llevar y empiezas a escuchar a ciertos
melenudos, (No hay otra alternativa. Hay otros grupos, sí, pero son para
niñatos pijos (esos tolays del polito lacoste y el peinado de la raya - lametón
de la vaca - al lado, que os miran por encima del hombro cada vez que salís de
excursión más allá de tu boca de metro) y tú eres un tío duro de un barrio
duro, ¡coño!). Vas a garitos donde cada vez hay menos pibas y encima éstas te
rechazan porque no eres, precisamente, el cantante de Whitesnake. Conclusión:
macho, ponme otra cerveza. Y así, birra tras birra, chupito a chupito, garrafón
tras garrafón, pasas de ser el adolescente inseguro con cinco suspensas al
joven gordo que a duras penas se ha
sacado una carrera universitaria (Uooooooooo) que nadie entiende para qué
diablos sirve. Con el agravante que tu familia tampoco. Y qué decir de los
colegas. Entretenidos, todos, en probar lo machos que somos maltratando nuestro hígado,
y, una parte, entretenidos, también,
en imitar a nuestros ídolos musicales, poses sobre todo, todo sea que algún día algún productor
musical se fije en ellos y les saque del sitio infecto donde ensayan. lunes, 30 de julio de 2012
Por qué fumo en pipa y bebo whisky de importación
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2 comentarios:
Muy bueno, tronko!!! lo has clavado. Enhorabuena!, por un momento he recordado muchos de mis momentos pasados.
Genial!!! Que recuerdos del pelo largo...
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