- ¡¡Papá!, ¡¡papá!! Pon este cd para ir entonándonos antes del concierto.
- No me da la gana, ¡joder! ¡Encima que os traigo! Éste es mi coche y pongo lo que yo quiero.
- ¡¡Venga, cariño!! No seas así con las niñas. Ellas van a ver a sus grupos igual que tú ibas a ver a los tuyos cuando tenías su edad.
- Ya, pero es que poner al Barrio va en contra de mi religión.
- Los tiempos cambian, cielo. La época de Kortatu, la Polla Records y Barricada ya ha pasado. Ya no tienes su edad.
- ¡Jo, papá!, ¡Jo, papá!, ¡porfi, porfi, porfi!
En ese momento, el conductor abrió la puerta y salió corriendo para escapar de allí. Sus hijas y su mujer le llamaban para que volviera.
- ¿Qué estoy haciendo?, pensaba. ¿Era ésta la vida que había soñado?
Y mientras escapaba a ninguna parte, cerró los ojos un momento para volver al pasado. Volvió a verse como ese punk adolescente que fue. En contra del sistema, viviendo al día, bebiendo litros y fumando porros en el parque mientras sus compañeros estaban en clase, estudiando. Era el puto amo.
Entonces, cayó. Tropezó en un socavón y cayó al suelo dándose un terrible golpe en la cabeza. Quedó inconsciente por unos instantes. Cuando despertó sus hijas no estaban allí. Su mujer no estaba allí.
- ¿Estás bien, tronko? No fumes más en ayunas que te ha dao un chungo.
A su alrededor estaban los colegas de siempre, con los litros de siempre y en el parque de siempre.
- ¡No, no puede ser!, pensó en un primer momento. ¡¡Vuelvo a tener 17 tacos!!
- Tío, estás muy callado. ¿Estás bien?
- ¡¡Joder!!, ¡¡Joder!!. ¡¡Estoy de la ostia!!, contestó nuestro héroe con una sonrisa de oreja a oreja.
Iba a regresar al futuro su puñetera madre.
- No me da la gana, ¡joder! ¡Encima que os traigo! Éste es mi coche y pongo lo que yo quiero.
- ¡¡Venga, cariño!! No seas así con las niñas. Ellas van a ver a sus grupos igual que tú ibas a ver a los tuyos cuando tenías su edad.
- Ya, pero es que poner al Barrio va en contra de mi religión.
- Los tiempos cambian, cielo. La época de Kortatu, la Polla Records y Barricada ya ha pasado. Ya no tienes su edad.
- ¡Jo, papá!, ¡Jo, papá!, ¡porfi, porfi, porfi!
En ese momento, el conductor abrió la puerta y salió corriendo para escapar de allí. Sus hijas y su mujer le llamaban para que volviera.
- ¿Qué estoy haciendo?, pensaba. ¿Era ésta la vida que había soñado?
Y mientras escapaba a ninguna parte, cerró los ojos un momento para volver al pasado. Volvió a verse como ese punk adolescente que fue. En contra del sistema, viviendo al día, bebiendo litros y fumando porros en el parque mientras sus compañeros estaban en clase, estudiando. Era el puto amo.
Entonces, cayó. Tropezó en un socavón y cayó al suelo dándose un terrible golpe en la cabeza. Quedó inconsciente por unos instantes. Cuando despertó sus hijas no estaban allí. Su mujer no estaba allí.
- ¿Estás bien, tronko? No fumes más en ayunas que te ha dao un chungo.
A su alrededor estaban los colegas de siempre, con los litros de siempre y en el parque de siempre.
- ¡No, no puede ser!, pensó en un primer momento. ¡¡Vuelvo a tener 17 tacos!!
- Tío, estás muy callado. ¿Estás bien?
- ¡¡Joder!!, ¡¡Joder!!. ¡¡Estoy de la ostia!!, contestó nuestro héroe con una sonrisa de oreja a oreja.
Iba a regresar al futuro su puñetera madre.
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