Una vez convertidos en marido y mujer, Jenny le dijo a Karl:
- Mira, guapo, a patir de ahora, todo lo mío sigue siendo mío y lo tuyo, de los dos.
- ¡Sopla!, contestó él mesándose las barbas.
Y así fue como después de esto, Marx dejó de leer poesía y comenzó a pensar en cosas más serias.
(Pero esto, no sale en ningún libro de Historia, claro).
(Ni saldrá)
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