sábado, 3 de julio de 2010

Segundo (pero primero en realidad) manifiesto comunista



Una vez convertidos en marido y mujer, Jenny le dijo a Karl:



- Mira, guapo, a patir de ahora, todo lo mío sigue siendo mío y lo tuyo, de los dos.



- ¡Sopla!, contestó él mesándose las barbas.



Y así fue como después de esto, Marx dejó de leer poesía y comenzó a pensar en cosas más serias.



(Pero esto, no sale en ningún libro de Historia, claro).

(Ni saldrá)

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