miércoles, 7 de noviembre de 2012

Los que vamos a sufrir te saludan

Querido Presidente Obama:
Nos alegramos que hayas salido reelegido como nuevo imperator. Eso demuestra cuan avanzados están allende los mares. Aquí, por el contrario, todavía estamos con el hecho sucesorio. Al estilo medieval. Sí. Pero con un toque pop muy nuestro.

Como súbditos que pagamos religiosamente nuestros impuestos, aprovechamos la coyuntura para dirigirnos a su excelencia.

Aunque estemos en un rincón limítrofe del imperio, hemos de informarle que no disfrutamos de todas las ventajas del sistema democrático estadounidense.

Por eso, le instamos a que por fin lo haga. Porque ésta, su querida provincia, está hecha unos zorros. Entre desfalcos, corrupción y echarle la culpa a los demás, los ciudadanos de a pie nos vemos condenados. Creemos que un virus se ha instalado en nuestra clase política y les ha sorbido el cerebro. Bueno, un virus o el garrafón que consumen por ahí. En los bares del Congreso. Entre pleno y pleno, lingotazo al canto. Si no, no nos explicamos como nos llevan a la mayor de las indefensiones quitándonos derechos y libertades que hemos tardado años y años en construir. Lo gracioso del caso es que tenemos un librito llamado Constitución que nos garantiza, precisamente eso. Nadie le hace ni puñetero caso. Un descaro, vamos. Y, por más que se lo recordamos, nada. Como si no fuera con ellos.

En consecuencia, y ya que ustedes tienen experiencia, mande a alguien de Hollywood. Como Virrey, como agregao o como demonios quiera llamarle. Podria ser Russell Crowe, que en Gladiator lo hizo muy bien. O Denzel Whasington, que cumple con el papel. A Robert de Niro le pueden meter en el área sindical, que le va que ni pintado. Y a Jack Nicholson de portavoz del Gobierno. No hace falta que le disfracen de Joker. Ya se las pinta el solito con ese porte. De ministro de defensa, un clásico, Stallone o Bruce Willis. Bueno a Bruce, déjelo para interior, que le mola el rollito de salvar al personal. Y ha sido poli en muchas pelis, además. De ministro de trabajo, se nos ocurre a Susan Sarandon. Una mujer de armas tomar. Cualquiera le dice que no. Y de economía, a Michael Moore. Documentalista, encargado también de asuntos sociales. Repartiendo juego. Dándole pasta a la peña. La que nos han robado de los impuestos, la que nos han timado los bancos. De Justicia, con meter a Tom Cruise y su ¿ordenó usted el código rojo?, quedaría de vicio. Como si lo viéramos. Con tanto corrupto, tendría que ponerle un ayudante, claro. Que no iba a dar a basto, el pobre.

Mientras que esta petición llega, no nos queda más que despedirnos, deseándole toda la suerte del mundo en su nueva etapa. No se olvide de sus súbditos, César.

Y si no puede, (ya sabemos que los actores son gente muy ocupada), de perdidos, al río. Mande a Barrio Sésamo en pleno. Empecemos por el tema educativo. Total.

Por lo pronto, vaya acomodándose en su despacho oval. Dispóngase a ver, por televisión, como nos apalean, cual circo romano, mientras luchamos por nuestros derechos.

Y mírese el tema de la República, ande. Y la separación definitiva de los tres poderes. Para empezar.

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