Actuó, dirigió, produjo y escribió. Pasó del cine al teatro, del teatro a la televisión y volvió de nuevo al cine. No pudieron con él ni las enfermedades ni los accidentes. Y ahí le tuvimos, deleitándonos con películas como el tigre de Chamberí (1957), Torrente (1998) o la que nos ocupa, donde sencillamente, lo borda: el astronauta (1970).
Esta película de Javier Aguirre ha pasado a los anales de la Historia del cine español por méritos propios. Y es que no es para menos. Con un humor castizo, imposible de imitar por los anglosajones, los protagonistas de esta cinta se lanzan de lleno a la carrera espacial al más puro estilo Mortadelo y Filemón. Con mucho humor y un par de razones.
Descanse en paz, maestro. Gracias por tantos y tan buenos momentos.
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